En plena llanura castellana, rodeada de viñedos surcado por un pequeño río llamado Minines  se encuentra Villaverde de Medina,

Sus primeros pobladores habitaron durante décadas tres pequeñas aldeas en las que dejaron impresa, en su arquitectura y distribución urbanística, su forma de vivir: Romaguitardo, Dueñas y Carrioncillo.

 Hoy en día, aún se pueden apreciar vestigios románicos, barrocos y renacentistas, que a simple vista no pasan desapercibidos.

              Alfonso V el Magnánimo, durante su juventud y madurez, evocaba en sus legados personales, escritos desde Sicilia y Cerdeña, a estos parajes en los que pasó parte de su infancia.

Destacamos la  iglesia  Santa María del Castillo, declarada de Bien de Interés Cultural en 1965, que data de principios del siglo XVI.

Construida en ladrillo, el interior del templo se cubre mediante bóvedas estrelladas de crucería. A los pies se levanta la torre, y contiene un retablo mayor herreriano realizado en torno al 1611.